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Soy Andrea Bonzini, profesora de Educación Física y secretaría pedagógica del nivel medio por más de 28 años. Me presento para que puedan comprender que estoy acostumbrada al manejo de chicos/as desde la etapa de educación inicial hasta cuando terminan su secundaria, aunque ese dicho de "En casa de herrero, cuchillo de palo", muchas veces es cierto, en éste caso no podía comprender los cambio de personalidad, etc.

Una mañana muy temprano llego a la escuela y me encuentro con el Psicólogo Institucional, Lic. Javier Fernández Mouján, no tardó un minuto en preguntarme que pasaba porque mi cara era de preocupación, incertidumbre, tristeza.

Le cuento como estaba Ro y me dice que de acuerdo a todo lo que le contaba le estaba describiendo algo que cuando me lo nombró no entendía de lo que se trataba "Síndrome de Tourette", me recomendó hacer interconsulta con un neurólogo.

Luego de varios estudios y consultas, finalmente mi hija tuvo un diagnóstico, si, era Síndrome de Tourette, y sería un largo camino a recorrer.

Comencé a investigar, aprender y divulgar de qué se trataba. Luchar con las negaciones familiares, hablar con ella, con la escuela, aprender a manejar la ira, aprender a calmar y contener, aprender, aprender y aprender.

En octubre del 2012 por iniciativa del hermano de Ro, Joaco de 19 años y viendo tantos años dedicados a estudiar cómo ayudarla, me propuso organizar la AAST.

Nuestra función es divulgar lo que es el ST, en las escuelas y a aquellos profesionales de la salud que no la conozcan o sólo la hayan estudiado en la universidad.

 

Porqué hacemos ésto, simplemente porque QUEREMOS QUE CADA NIÑO/A TRANSITE SU ETAPA ESCOLAR CON UNA SONRISA.

¿CÓMO SE LOGRA?

EDUCANDO - DIVULGANDO - INFORMANDO - AYUDANDO

Cuenta la historia que por el año 2002 una nena de 6 años comenzaba a guiñar sus ojitos más de la cuenta y a levantar y bajar uno de su hombros. Como mamá se lo consultaba a su pediatra al que la conocía desde su nacimiento y siempre su respuesta era: "no te preocupes, todos los niños tiene tics y luego desaparecen".

Transcurrieron dos años y ya con 8 los tics no se iban, es mas, aumentaban y cambiaban permanentemente, también se le sumó un sonido que realizaba con la boca (como el sonido que realizan los caballos). También repetía rituales, al subir al ascensor besaba el espejo 4 veces, al entrar a casa pisaba la línea del piso otra cantidad de veces, cuando entraba a su cuarto se escuchaba la llave de la luz prenderse y apagarse otra cantdad de veces. Al sentarse a comer sus cubiertos tenía que golpear sobre la mesa antes de comenzar a comer.

Yo me remitía a observar y a prestar atención si aumentaban o luego de algunos días desaparecían.

Cierto día apareció algo nuevo, era como un ataque de nervios sin ninguna razón aparente en una nena tan chica y también palabras tan ordinarias al insultar que uno no sabía de dónde salían........

                                

 

 

 

 

 

 

 

 

                       

                        Prof. Andrea S. Bonzini

 

 

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

República Argetnina



¿QUIENES SOMOS?

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